Pages

Monday, February 27, 2012

El fin del cine mudo. ¿Cómo imaginamos las voces de los personajes?

Una escena del principio de The Artist. Con Jean Dujardin y la argentina-francesa Bérénice Bejo. NYTimes.com
Una escena final de The Artist. NYTimes.com

Este post no es casual. He visto este fin de semana la película ¨muda¨, en blanco y negro The Artist, que he disfrutado, y me ha despertado ansias por leer más acerca de la historia del cine.
Para aquéllos que no han visto la película, se las recomiendo, no será taquillera ni conmoverá a millones de personas, pero para los que buscan algo distinto, entretenido, original, pues, ésta es la película. Aclaro por mis comillas, técnicamente,  The Artist no es una película muda, es una película moderna sin diálogos.
El argumento, un actor de la época del cine mudo, ve quebrar su carrera ante el avance tecnológico, él no puede hablar, ni se le va a requerir, ya que el público lo vería ¨extraño¨, nuevas caras y voces serían necesarias en el contexto de la segunda guerra mundial, la crisis económica de los ´30, y mucho habría para distraer a los americanos de los problemas diarios.
Hoy me enteré de los Oscar que ha ganado la película y les dejo el link con una lista:
http://www.bbc.co.uk/news/entertainment-arts-16700124

El director Michel Hazanavicius y su esposa franco-argentina Berenice Bejo. Guardian.co.UK

He quedado meditando, acerca de la voz que acompaña a un personaje. Vamos a nuestro tema, los libros, las historietas... Cuando la voz fue asignada en microprogramas a Mafalda, para mí, fue toda decepción, y no es que no imaginara a la niña prodigio hablando, pero no podía escucharla en ¨vivo¨, y lo mismo me sucedió con ¨Clemente¨, un éxito en épocas de mundiales de fútbol.
La adición de voces, fue un cambio rotundo en el arte cinematográfico: ya no era necesario que el actor gesticulara como mimo, ni los músicos que acompañaban con piezas especialmente creadas para las películas, y las cámaras, aún eran estáticas pero más adelante darían paso al movimiento de las mismas y las tomas increíbles del SXXI.
Entre todos los artículos afines, hay uno en wikipedia en español, que me pareció muy completo, dejo un párrafo y el link para que completen su lectura:

Mafalda, de Quino. Google images.
Clemente, de Caloi. Google images

En 1927, los estudios Warner Bros se encontraban en una situación financiera delicada y apostaron por integrar el nuevo sistema de sonido. Se incorporó por primera vez en una producción comercial titulada Don Juan (1926) de Alan Crosland, así como en otra de sus películas, Old San Francisco (1927). En ésta incorporó por primera vez ruidos y efectos sonoros. Sin embargo la película sonora más exitosa fue El cantante de jazz (1927) en la que Al Jolson se inmortalizó pronunciando las palabras inaugurales: «ustedes aún no han escuchado nada». Ante el éxito, pronto todos los grandes estudios montaron sus propias películas sonoras, y el cine mudo quedó olvidado.
La aparición del cine sonoro introdujo grandes cambios en la técnica y expresión cinematográfica, por ejemplo: la cámara perdió movilidad quedando relegada a la posición fija del cine primitivo y la imagen perdió su estética cediéndole importancia al diálogo. Los actores también se vieron implicados en este cambio técnico. Algunas grandes estrellas fílmicas de Hollywood vieron naufragar sus carreras ante su mala dicción, su pésima voz o su excesiva mímica. Debido a esto surgieron nuevos actores en su reemplazo. Una película que retrata esta transición del cine mudo al sonoro es el famoso musical "Cantando bajo la lluvia" (1952).

Lea el review de la película The Artist

Sunday, February 26, 2012

Libros en las cabinas telefónicas de New York


Hace unos meses había posteado sobre el éxito de las mini-librerías en estaciones de colectivos en Israel. Esta idea de dos artistas urbanos, fue imitada por un arquitecto de New York -John Locke-, esta vez en cabinas telefónicas. Se suponía que los transeúntes debieran llevarse algún libro y luego reemplazarlo o devolverlo al día siguiente. De las dos bibliotecas de guerrilla (¨guerrilla libraries¨) diseñadas, una resultó como se esperaba, de la otra, lamentablemente, los libros fueron robados. Dejo el texto que sigue en inglés, de la nota original. Las fotos, fueron bajadas del artículo en theatlanticcities.com


John Locke thinks people should read more. So in the past few months, the Columbia architecture grad has slipped around Manhattan with a sack of books and custom-made shelves, converting old pay phones into pop-up libraries.
The concept, sponsored by Locke's imaginary Department of Urban Betterment, is that New Yorkers will pick up unfamiliar titles while running their errands and then, perhaps, replace them the next day with favorite books of their own. That's in an ideal world. Of the two guerrilla libraries that the artist has fashioned, one has been used properly while the other has had its entire collection repeatedly ganked by sticky-fingered pedestrians. Its shelves were also stolen.
But Locke has many more libraries planned. With plywood consoles that slip over payphones as neatly as aprons, these sidewalk objets are endlessly replicable.

El artículo continúa con una entrevista y más fotos:

Friday, February 24, 2012

Casa de madera verde

Casa verde. Manipulación digital de Myriam Mahiques

Se llegaba a la casa de madera verde a través de la fábrica, esquivando cajas, balanzas, telarañas, caños y válvulas de todo tipo, hasta abrir la puerta a la derecha hacia la luz del patio trasero. Un par de escalones y el obrero ya estaba adentro, a tomar unos mates cada tanto con su esposa y recrear la vista con las láminas de los personajes de Walt Disney que eran también la diversión de su única hija, con quienes compartían casita y habitación única verde, como la cocina y el comedor, por dentro y por fuera, con techo a dos aguas recortado contra el cielo del barrio sin torres, empinado como sus sierras natales, de azul agua contra el verde pared-bosque, destacándose sobre el galpón-piedra gris, con bambies brincándole desde los cuadros, todo en bellas recreaciones de sus recuerdos provincianos.
Safe Creative #1202251190861

Thursday, February 23, 2012

The word and the idea. A reflection by Victor Hugo

Cabeza de águila. Eagle´s head. Pintura digital de Myriam B. Mahiques
Creative Commons License

¨It is an error to think that an idea can be rendered in many different ways. While strongly upholding, be it well understood, the sovereign poets´ magnificent right with regard to development, that high faculty pertaining to the dweller of the summits of placing in light around the central thought all the surrounding ideas –while strongly upholding this faculty and this right, which are of the very essence of poetry, we affirm this: an idea has but one expression. It is this expression that genius finds. How does it find it? From on high. By inspiration. Sometimes without knowing how, but always with certainty. The eagle´s instinct.
For him as creator, the idea with the expression, the substance with the form constitutes unity. The idea without the word would be an abstraction; the word without the idea would be a sound; their union is their life. The poet cannot conceive them distinct.¨
Victor Hugo´s Intellectual Biography. P. 191-192

Sunday, February 19, 2012

Ilustraciones de ¨Tales of the Alhambra¨ (Cuentos de la Alhambra). Cuando el arte supera la realidad


Hace poco he terminado de leer ¨Tales of the Alhambra¨, de Washington Irving. Los cuentos o leyendas me recordaron los de Las Mil y Una Noches, me refiero al libro enorme, versión de adultos. 
La primera parte, donde él hace una descripción histórica y de sus simpáticos personajes domésticos con sus costumbres típicas, me atrapó mucho más, porque tiene la frescura del relato vivido, siendo mi parte preferida el capítulo ¨The author´s chamber¨ (la recámara del autor), que relata sobre la primera noche que pasó en La Alhambra, en los aposentos abandonados elegidos por él mismo, y a cuyo tétrico ambiente se le sumaron los ruidos nocturnos, incluyendo aullidos y lamentos.
La Alhambra de Granada fue tema de examen de mis años de estudio, y no he tenido nunca la oportunidad de visitarla, sólo la he conocido por diapositivas, fotos en libros y estas hermosas imágenes -entre otras- que trae mi edición de 1994 de Miguel Sánchez, Granada, España. En total son 32 fotos a color de grabados del período romántico español.







Estas imágenes, más las diapositivas de 30 años atrás, han conformado en mi mente la espacialidad de las construcciones intrincadas, la belleza de los jardines, los trabajos maravillosos de la decoración islámica, la comunión de la arquitectura y los sentidos.
Sin embargo, he visto fotos actuales on line, que me han decepcionado terriblemente. Es notorio que La Alhambra ha sido restaurada, pero de forma tal que, por ejemplo esta foto abajo, me recuerda un chalet de junta rasada, de los que tantos se estilan en América del Sur, la prolijidad del revoque fino, por comparación con la arquitectura original, me pone absolutamente nerviosa, me ofusca, y ni mencionar esa ventana finita y rectangular, al final de la perspectiva lineal, dudo mucho que fuera original.
He analizado fotos exteriores del conjunto, y he notado ventanas bloqueadas, me lo dice el color de diferencia del revoque, las fisuras de uniones, al ojo experto estas sutilezas no se escapan.
Y, sinceramente, mi sentimiento es que prefiero seguir disfrutando de La Alhambra descascarada del libro de Irving.

Otra vista del patio de la acequia. Foto bajada de http://nosoloweb.es/alhambra-una-visita-inolvidable/

Friday, February 17, 2012

Paper for Emerging Architectural Research P.E.A.R

Matthew Butcher with Tom Noonan, courtesy of P.E.A.R.
A perspective section of “The Filter House” by Matthew Butcher, printed in the December issue of P.E.A.R. magazine.

From the article by Elias Redstone, at NYTimes Magazine on line:

The last few years have seen a new generation of alternative publications and editorial talent emerge, and London is very much a part of the scene. This month saw the release of the fourth issue of P.E.A.R. (Paper for Emerging Architectural Research). Printed on newspaper stock, this zine (included in “Archizines,” a show I curated at the Architectural Association School of Architecture) was started by the editorial collective of Rashid Ali, Matthew Butcher, Julian Krueger and Megan O’Shea, with the designer Avni Patel, in 2009. A few issues in, they have really hit their stride. “The paper aims to re-establish the fanzine as a primary medium for the dissemination of architectural ideas, musings, research and works, and to present the complexity and variety of architectural practice,” O’Shea explains. “We actively seek to publish thinking that wouldn’t ordinarily be seen in the mainstream architectural press, and we are interested in showing that the architectural is concerned with more than just architecture.”
Accordingly, they asked a variety of architects, artists, academics and writers to contribute texts and images relating to notions of dwelling, both as a physical and psychological space. The paper also sometimes comes alive through curated events. “While the paper is concerned with the relationship between architecture and publishing, and particularly with making tangible conceptual architecture, the events are more about thinking through performance,” O’Shea adds. “They activate the research and put the research into action.”

Thursday, February 16, 2012

Acerca de los salones de La Máscara de la Muerte Roja



La Máscara de la Muerte Roja de Edgar Alan Poe es uno de mis cuentos favoritos, especialmente la parte en que Poe describe los salones del palacio del príncipe Próspero, con sus distintos colores. Siempre me sentí intrigada por la disposición espacial de los mismos; puedo imaginar que estaban conectados por corredores, tal vez ubicados como en laberinto, considerando que nadie  podía acceder desde un salón a otro en una única dirección recta.
He usado el plural para los corredores, porque  Poe dice que las ventanas góticas se hallaban a la derecha e izquierda, enfrentándolos. Y, como no hay posibilidad de ver dos salones por completo al mismo tiempo, significa que estarían entrelazados, probablemente sin puertas, me los imagino como cámaras alternadas donde la luz y sombras son el efecto principal para delimitarlos. Tal vez debiera hacer un sketch para resolver este problema espacial, re-leer nuevamente los párrafos que voy a reproducir abajo.
De todos modos, no puede haber error de interpretación mayor que el de la escenografía de la película inglesa de 1964, cuyo protagonista es la estrella del horror, Vincent Price.
En ella, los salones se suceden unos a otros directamente, de modo que si las puertas estuvieran abiertas (plegadas a ambos lados como diría Poe), tendríamos una perspectiva de un solo punto de vista que el autor ha aclarado bien, no era del gusto bizarro del príncipe.
En la película, hay también candelabros por doquier, entiendo que ayudaría a armar la escenografía, pero más interesante hubiera sido que se rescataran los efectos fantasmagóricos de la luz que entraba a través de las ventanas, producidas por los braseros con fuego que estaban en los corredores. El movimiento del fuego, haría que las sombras fueran constantemente cambiantes, lo cual resultaría en un dinamismo fantástico, muy lejos de la escenografía absolutamente estática de la película.
He copiado estas escenas de la película mientras la analizaba, y pensaba en el uso del color amarillento (en vez de naranja) y el blanco, seguramente para enfatizar el contraste con la cámara final, negra. No cabe duda que estos cuartos, con excepción del último, son domésticos por completo y me pregunto qué diría Poe de ver el cuarto tan absolutamente blanco -del cual dejo la foto-, creo que se levantaría de su tumba espantado ante semejantes planos puros sin efectos de sombras danzantes.
Más allá de mis críticas arquitectónicas, la película la he disfrutado (teniendo en cuenta que fue hecha para el público de otra época) y sí me gustaría ver una versión más moderna, sin la novelita romántica en el argumento que nada tiene que ver con el cuento.




¨Aquella mascarada era un cuadro voluptuoso, pero permitan que antes les describa los salones donde se celebraba. Eran siete -una serie imperial de estancias-. En la mayoría de los palacios, la sucesión de salones forma una larga galería en línea recta, pues las dobles puertas se abren hasta adosarse a las paredes, permitiendo que la vista alcance la totalidad de la galería. Pero aquí se trataba de algo muy distinto, como cabía esperar del amor del príncipe por lo extraño. Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante de la decoración del aposento. Si, por ejemplo, la cámara de la extremidad oriental tenía tapicerías azules, vívidamente azules eran sus ventanas. La segunda estancia ostentaba tapicerías y ornamentos purpúreos, y aquí los vitrales eran púrpura. La tercera era enteramente verde, y lo mismo los cristales. La cuarta había sido decorada e iluminada con tono naranja; la quinta, con blanco; la sexta, con violeta. El séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro, que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.
A pesar de la profusión de ornamentos de oro que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en aquellas siete estancias no había lámparas ni candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se proyectaban a través de los cristales teñidos e iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en esa forma multitud de resplandores tan vivos como fantásticos. Pero en la cámara del poniente, la cámara negra, el fuego que a través de los cristales de color de sangre se derramaba sobre las sombrías colgaduras, producía un efecto terriblemente siniestro, y daba una coloración tan extraña a los rostros de quienes penetraban en ella, que pocos eran lo bastante audaces para poner allí los pies. ¨

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/mascara.htm

Tuesday, February 14, 2012

Refugios del Estío

Ensueño de verano. Fractal generado por Myriam B. Mahiques

Los veranos eran cada vez más cálidos en la provincia de habitantes que desconocían los detalles del calentamiento global, ni que les importara, cuando las preocupaciones diarias se ofuscaban ante el trastorno constante del sudor pegajoso del cuerpo, el hábito de espantar moscas y mosquitos que traspasaban las ventanas de las casas, refugio de humanos e insectos, crueles panzudos proliferando gracias a los pastos, que crecían exhuberantes, libres al sol, saciados por la lluvia -que en nada mejoraba el calor- y sin la amenaza de la cortadora eléctrica que descansaba arrinconada en espera del regreso de la electricidad.
El joven se disputó con el perro el privilegio de la sombra bajo el árbol, mientras miraba los vestigios del jardín, y se preguntaba si se animaría a cortar el pasto manualmente, a qué hora estaría listo para el esfuerzo, a condición que hubiera agua suficiente para regar luego. Ensimismado, fue que notó el destello verdoso brillante entre las cerámicas y hierros del último arreglo a la casa, apilados desprolijos dentro de la otrora cabina de tubos de gas; tal vez fuera un pájaro insolado, un animal rastrero o un espíritu errante; se acuclilló curioso y divisó la cola de un reptil en la penumbra, no recordó que en la zona no había víboras venenosas, sino su mente esbozó el ¨sombrero¨ del Principito, que no era tal, sino una boa que había devorado un elefante, y de pronto la imagen se estilizó en la silueta comprimida de sus niños, que con o sin pasto, disfrutaban de pelotear al aire libre.
Tomó una barra del 8 e intentó empujar al reptil, pero éste se escabulló en el acto; no lo alcanzaría, mas haría una pequeña fogata bajo las cerámicas, y el humo lo haría salir atontado, una gran ventaja para esperarlo pala en mano, a fin de seccionarlo en varias partes para que no se reconstituya.
De golpes certeros, sólo hubo uno, suficiente para herir la hermosa iguana que dejó de deslizarse, convirtiéndose en el festín de las hormigas que enfilaron rápidas a saciarse de su cuerpo. Cerró los ojos e imaginó un sombrero de insectos movedizos engullendo al animal inocente, y así, a ciegas, le quitó la vida a golpes, con la misma pala con la que excavó su último refugio.
Creative Commons License

Sunday, February 12, 2012

Burnt offerings (Holocausto) de Robert Marasco

Karen Black, admirando las fotos de los recuerdos de vida de ¨la querida madre¨. Difuntos en realidad. Bajada de thegirlwhoknewtoomuch.com
El diseño de tapa del libro. No ayuda a entusiasmarnos, es mucho más interesante el contenido.

Como he contado hace algunas semanas, compré la novela de ¨horror¨ Burnt Offerings de Robert Marasco  (1936-1998) y la disfruté muchísimo. He visto que el título en español es ¨Holocausto¨ y, creo que está muy mal traducido y no representa la idea de la novela, más cuando ¨Holocausto¨ nos trae memorias de los campos de concentración nazis.
El argumento de Burnt Offerings me  tocó el corazón porque yo soy de esas personas que se enamoran de las casonas antiguas y harían lo posible por restaurarlas con mis propias manos, si pudiera.
Me decía un colega argentino, profesor en Washington, que cuando estamos frente a un edificio, y sentimos esa ¨emoción¨ como si fuéramos parte de él, esa aproximación sensitiva, se llama, ¨fenomenología¨. Esa sensación de que ya estuvimos ahí, y que ¨pertenecemos¨ a la casa o edificio en cuestión.
Compré la novela porque primero ví la película de 1976 -con Karen Black, Oliver Reed y Bette Davis-, y me fascinó. Pues, la película es la fiel reproducción del libro ¨animado¨, salvo por las circunstancias de las muertes al final, que son ligeramente distintas; además el libro deja la trama resuelta, en la película no estamos seguros si Black reemplaza a la vieja dueña de la casa o si la anciana la posee. No es así en sentido literal.
La novela, escrita en un lenguaje claro, entretenido y correcto, trata de una familia compuesta por una pareja joven (Ben, Marian), un niño y una tía de 74 años que rentan una casona a dos horas de New York para las vacaciones del College, de julio a septiembre. El valor de la renta es muy bajo, y no sólo se debe a que la casa no está en perfectas condiciones de  habitabilidad, sino que además, en ella vive encerrada en su cuarto ¨nuestra querida madre¨, como la definen los dueños, una pareja de hermanos de edad avanzada. La condición para aceptar a los nuevos inquilinos es que sean ¨los ideales¨, que mantengan la vivienda y cada día dejen una bandeja de comida por cada servicio en la sala que precede el cuarto de ¨la madre¨,  a quien seguramente no verían, como había sucedido con los otros inquilinos de años atrás.

La escena en que la tía, (Bette Davis) se encuentra postrada y aterrada por visiones de muerte. Foto bajada de http://jigsawslair.blogspot.com/
Karen Black, ya poseída. Foto bajada de http://popreflection.wordpress.com/

A medida que pasan los días, las mujeres van envejeciendo, surgen comportamientos extraños y agresivos entre ellos, Ben siente estar al borde de un colapso nervioso, se dan una serie de accidentes.... Mientras tanto, la casa se empieza a embellecer, las plantas secas vuelven a brotar, las viñas se hacen selváticas, el natatorio se renueva, la pintura, las tejas. ...
La pareja comienza a tener problemas de convivencia, él le transmite sus temores sobre la casa a su esposa, quien, no sólo lo niega sino que sigue obsesionada por limpiar, arreglar y usar todo lo que encuentra, hablamos de vajilla de plata y oro, relojes antiguos, etc. 
Ben intenta con vehemencia de convencerla que algo sucede y debieran regresar a su departamento, mas ella se niega, la idea de partir le resulta imposible de aceptar. En un rapto de lucidez, casi al final, descubre que ella misma es un agente de una presencia malévola que la está poseyendo, y se encuentra en la difícil posición de optar por quedarse en la casa y perder a su familia o alejarse con ellos para siempre. El poder de posesión puede más que los vestigios de amor que le quedan, y le pide a quien sea que esté detrás de la maciza puerta del cuarto de ¨la madre,¨ que la ayude a ¨quemar¨ (burn) ese amor familiar, dando así la vida de su esposo e hijo como ofrendas (offerings).
La gran protagonista de la película es la Casa Dunsmuir, construída en 1899 y diseñada por el arquitecto Eugene Freeman, declarada actualmente de interés histórico, sita en Oakland, California. 

Dunsmuir House. De wikipedia.org
La casa Dunsmuir caracterizada para la película. Foto bajada de http://blackholereviews.blogspot.com/

Friday, February 10, 2012

The Linnaeus Apostles. 8 volumes of global science and adventure

A depiction of Linnaeus´s trips in Sweden. IK Foundation

From the interesting book review by Jennie Erin Smith for the Wall Street Journal:
The worldliest natural historian of the 18th century was, oddly enough, never much of a traveler. Carl Linnaeus's farthest expedition was from Sweden to Lapland, in 1732, when he was 25 years old. Despite his all-consuming curiosity about exotic creatures and plants, Linnaeus preferred to have them brought his way. He turned down an offer to work as a physician in Suriname and never left his native country after 30.
As a young professor in Uppsala, Linnaeus led his students on plant-collecting hikes, scattering them into the fields to botanize and summoning them to lunch with a trumpet. But Linnaeus, inventor of the plant and animal classification systems still in use today, harbored bigger ambitions both for them and for his own emerging science. By the end of the century, 17 of his students had travelled to seven continents with the blessing and encouragement of their mentor. Only eight survived the rigors of their journeys: Malaria, mental illness and infections claimed the rest.(...)
Importantly, they were never to go to bed without writing up what they'd seen that day, preferably in Swedish and in such a way that readers might feel "as though they had the objects in front of their eyes." In this task they excelled. Pehr Osbeck, who in 1750 voyaged to South China as a chaplain with the Swedish East India Co., flubbed his mentor's requests to bring back "goldfish for Her Majesty" and a live tea bush. Yet Linnaeus was delighted with Osbeck's journal, which described novel plants, harbor boats filled with hundreds of ducks trained to come and go on command, and a populace with the nasty habit of throwing rocks at him while he botanized. "I seem myself to have travelled with you," Linnaeus gushed upon reading it, and named a genus of flowering shrubs after Osbeck.

Carl Von Linné. (Carl Linnaeus) 1775. Wikipedia.org

Subsequent travelogues by Linnaeus's protégés would prove finer still than Osbeck's. A few have been translated, over the centuries, into German, French or English. But others were never published. All are now available, in modern English, in the 11-book series "The Linnaeus Apostles"—which was how Linnaeus, who was both pious and grandiose, referred to the students toward the end of his life. Produced by the IK Foundation, a U.K. non-profit, the set costs about $2,000 altogether, though each volume can be purchased individually. These are big, heavy books best approached with the aim to spend time with them, over days or weeks, somewhere quiet with good light. What's inside them is an armchair adventure of the finest order.
The translations run to nearly 6,000 pages—printed on paper from a mill near Linnaeus's birthplace and accompanied by reproductions of the apostles' maps, transcripts of folk music, and drawings of everything from Russian rabbit traps to Tahitian chiefs. One volume even contains swatches of cloth from the South Pacific that its author, Anders Sparrman, included in his original edition as a marketing gimmick.

Read more about the collection:

Thursday, February 9, 2012

Cuando la Providencia nos conduce al momento y al lugar preciso

Vivos y muertos. Fotografía de Myriam B. Mahiques

Dentro de los males, es bien cierto que siempre hay algo bueno, la ayuda inesperada que nos alivia a enfrentar los sucesos difíciles. A veces el beneficio que se desprende de un mal viene a muy largo plazo. Un lindo ejemplo, Pip, el niño de Great Expectations (Grandes Esperanzas) quien vive aterrado pensando en el ladrón que lo había amenazado de muerte, al que encuentra de casualidad y signa toda su vida, siendo finalmente su gran benefactor. 
Otros ejemplos, de la vida real: Steve Jobs, quien fuera rechazado por su madre biológica, luego por sus posibles padres adoptivos,  la Providencia quiso que fuera adoptado por una familia que vivía en el Norte de California; el resto de la historia, ya la conocemos todos.
Leon Tolstoi, un aristocrático de cuna, tuvo una crisis espiritual, renegó de sus libros, se dedicó entonces a predicar la paz y ejercer oficios humildes. A Lenin, uno de los personajes más importantes de Anna Karenina le hace decir : “Mi vida no será ya irrazonable, no carecerá de sentido como hasta ahora, sino que en todos y en cada uno de sus momentos poseerá el sentido indudable del bien, que yo soy dueño de infundir en ella”.
El pensamiento de Tolstoi tuvo enormes consecuencias. Su prédica pacifista fue bien leida por uno de sus amigos por correspondencia: Mahatma Gandhi. También influyó a Martin Luther King. (Del artículo de Gabriela Cabezón Camara)
Estuve también leyendo una entrevista de Any Ventura a Andrés Percivale, un periodista argentino, sumamente simpático, de ideas interesantes y puntos de vista objetivos, -al menos así lo recuerdo yo- y la pregunta-respuesta que transcribo abajo me ha hecho reflexionar sobre la relatividad de la ayuda de la Providencia, o de Dios si quieren así decirlo; según él, su enfermedad lo acercó -para bien- a la espiritualidad. El caso de Andrés no tendrá la repercusión del de Tolstoi, pero es válido como un simple hecho en la vida: un viaje malogrado, un amigo enfermo y la bendición de enterarse a tiempo de la enfermedad propia.

Andrés Percivale. Foto de Martín Lucesole

-Uno no es lo que le pasa, es aquello que hace con lo que le pasa. ¿Estás de acuerdo con este concepto?

-Totalmente. A propósito, te quiero contar algo que me pasó. Yo tenía que irme a Italia de paseo con un grupo de amigos. Uno de ellos me llama y me dice que otro de estos amigos se había enfermado, había tenido un ACV, entonces decidí quedarme acá. Ok, me quedo acá, y me digo: tengo quince días para organizar algo. ¿Adónde voy? Y me acordé de Puiggari, un lugar del cual me había hablado tanta gente. Cuando llego, de rutina [lo subraya] te hacen un análisis de sangre, uno de orina y una placa de tórax. Yo postergué esto último todo lo que pude, hasta que finalmente me la hice. Y el último día, el médico me dice: "Usted tiene un tumor en el pulmón derecho, aquí arriba." Me quedé duro, me quedé sin palabras. Salgo de esa oficina y me encuentro con el pastor del Centro Adventista de Vida Sana, que me dice: "Mirá, Andrés, vos tenías que ir a Europa, se enfermó uno de tus amigos y suspendiste. Pudiste venir acá, y acá descubrimos esto. ¿No te parece que la Providencia está de tu lado?" Cuando el médico me dijo: "Usted tiene un tumor", yo pensé: "Qué maravilla esta medicina, las cosas que descubre." Pero la palabra del que me dijo esto es para bien, vas a vivir, esa palabra del alma, fue la de este pastor: "La Providencia está de tu lado, Andrés." Yo me senté en el auto y me vine a Buenos Aires, fui al Hospital Italiano, pregunté qué tratamiento había que hacer y lo hice. La medicina avanza fantásticamente. Pero está desespiritualizada.

Lea la entrevista completa:

Wednesday, February 8, 2012

A city's memory through the wind. In the words of Italo Calvino

Portsmouth flood. From metro.co.UK

Too much has been said about cities and memories. But to relate them to weather's memories, it's not common. Though, I'm always missing my beautiful Buenos Aires and every time I think of it, I remember terrible cold and hot days, huge storms and even snow there was a few years ago.
This story by Italo Calvino, author of the great book The Invisible Cities made me think about it. Its name is Wind in a City, from the book Dark Numbers. Here, my favorite part, enjoy!:

Storm in Puerto Madero, Buenos Aires, 2010. Posted by Sebastián López Sánchez. Flickr.com

Something, but I couldn’t understand what. People walking along level streets as if they were going uphill or down, lips and nostrils twitching like gills, then houses and doors in flight and the street corners sharper than usual. It was the wind: later on I realized.
Turin is a windless city. The streets are canals of motionless air fading into infinity like screaming sirens: motionless air, glassy with frost or soft with haze, stirred only by the trams skimming by on their rails. For months I forget there is such a thing as wind; all that’s left is a vague need.
But all it takes is for a gust rising from the bottom of a street one day, rising and coming to meet me, and I remember my windblown village beside the sea, the houses ranged above and below each other, and the wind in the middle going up and down, and streets of steps and cobbles, and slashes of blue windy sky above the alleyways. And home with the shutters banging, the palm trees groaning at the windows, and my father’s voice shouting on the hilltop.
I’m like that, a wind man, who needs friction and headway when he’s walking, needs suddenly to shout and bite the air when he’s speaking. When the wind lifts in town, spreading from suburb to suburb in tongues of colourless flame, the town opens up before me like a book, it’s as though I could recognize everybody I see, I feel like yelling, ‘Hey there!’ to the girls, the cyclists, like shouting out what I’m thinking, waving my hands.

Tuesday, February 7, 2012

Metamorfosis

Ojos viles. Pintura digital de Myriam B. Mahiques

Nunca me ocultaste tu verdadera naturaleza malvada y te ha complacido reflejarla en tu siniestra sonrisa, en facetas físicas de constante cambio para que no me acostumbre a tí, más gorda, más delgada, envejecida o niña, el pelo y la piel de distintos colores y texturas,  hasta cuando intentaba tomarte de las manos, dejabas crecer tus uñas largas y curvas, para alertarme de posibles daños; de todas tus metamorfosis, prefiero la que te hace ver joven, quisiera acariciar tu piel tersa, detener el tiempo y que quedes así, no me importa el destello amarillo de tus ojos viles, mi amor es ciego y con ellos se ilumina.

Creative Commons License

Monday, February 6, 2012

Phenomenology: E. Allan Poe's example

Fig. 01 Downloaded from Internet

The well known Edgar Allan Poe’s story, “The Fall of the House of Usher” is an excellent example to illuminate our topic on phenomenology in Architecture. Poe was influenced by John Locke’s Empiricism, in the idea that all knowledge was gained by experiences through the senses. Locke stated that mind was a “tabula rasa” (a paper in white, without ideas) where knowledge was imprinted. Man’s senses allow him to learn from the external world (experience) and inner reflexion also provides ideas as part of the world within us. It is opposite to Rationalism that states man has innate ideas (inborn knowledge).
This theory was sustained by Romantic writers of the 19th Century.
In this story, a man is visiting a former good school companion, after many years since he has not seen him. And this is his first impression at arriving his house (fig 01):
“with the first glimpse of the building, a sense of insufferable gloom pervaded my spirit. I say insufferable; for the feeling was unrelieved by any of that half-pleasurable, because poetic, sentiment, with which the mind usually receives even the sternest natural images of the desolate or terrible”……..”with an utter depression of soul which I can compare to no earthly sensation more properly than to the after-dream of the reveller upon opium-“……. “What was it that so unnerved me in the contemplation of the House of Usher?” (p. 171)
After this glooming impression, reinforced by the decaying and pestilent landscape which creates a peculiar atmosphere “that had no affinity with the air of heaven, but which had reeked up from the decayed trees, and the gray wall, and the silent tarn” (p. 172), he arrives at the unsatisfactory conclusion “that while, beyond doubt, there are combinations of very simple natural objects which have the power of thus affecting us”.(p.171)
Here we see how his five senses, including smell, collaborate in the perception. The black, white and grays are seen outside and inside; the description of the stone textures are accurate in the analogy: “the crumbling condition of the individual stones. In this there was much that reminded me of the specious totality of old woodwork which has rotted for long years in some neglected vault, with no disturbance from the breath of external air” (p.173); the pestilent smell, the inquietude of silence …..
Trying to recover himself, he decides to rationalize the whole situation: “shaking off my spirit what must have been a dream, I scanned more narrowly the real aspect of the building”. So, a tiny description of fungus, fissures, textures, goes on and he finally arrives at the conclusion that the house is closely related to the decay of the family, as a collateral issue for the only line of blood maintained in the family for centuries. His extreme thought is to personify the house in Mr Roderick Usher –the owner- “upon the vacant eyes windows” and his unhealthy body.

Locke’s idea that the objects themselves also produce in us sensations, that are not in the objects but constitute the qualities – the underlaying substratum- we associate with them, is implied in the impression the man suffers while walking in the dark, intricate passages of the house. The familiar objects he knows since childhood, are not familiar anymore, they look hostile and depressing: “Much that I encountered on the way contributed, I know not how, to heighten the vague sentiments of which I have already spoken. While the objects around me …….were but matters to which….I have been accustomed from my infancy –while I hesitated not to acknowledge how familiar was all this- I still wondered to find how unfamiliar were the fancies which ordinary images were stirring up……….I felt that I breathed an atmosphere of sorrow. An air of stern, deep, and irredeemable gloom hung over and pervaded all.” (p. 173).
The same construction of feelings and posterior ideas arises from Mr R. Usher, who explains that “He was enchained by certain superstitious impressions in regard to the dwelling” (p.175). For fear, he has not ventured through the house, in many years.
The form and substance of the house had influences over his spirit and the morale of his existence. Like the writer, Mr R. Usher at last looks for a rational explanation : “He admitted, however, although with hesitation, that much of the peculiar gloom which thus afflicted him could be traced to a more natural and far more palpable origin –to the severe and long continued illness….- of a tenderly beloved sister” (p.175)
Regardless the phylosophical background, the story is a clear example of immateriality in architecture, in the sense we take. And we want to emphasize the importance of the environment and objects in all scales. After finding the clues of imminent death even before entering the house, the writer wonders how his imagination could torture him beyond the sublime?.
Fig. 02. Usher's house by Per O.G. Dahlberg
From the essay ¨Immateriality in Architecture¨. By Myriam B. Mahiques
Safe Creative #1202061037752

Saturday, February 4, 2012

Volver a los 17. En homenaje a Violeta Parra

Violeta Parra. Foto bajada de http://www.aimdigital.com.ar

¨El 5 de febrero de 1967, apenada por la pérdida de su gran amor, agobiada por la muerte de su hija menor, desanimada por la poca repercusión de su último emprendimiento cultural, tras varios intentos frustrados se mató de un balazo en la sien a los 49 años Violeta Parra, autora y cantora popular chilena, figura descollante cuyo renombre que no cesó de crecer desde entonces.¨
Siga leyendo sobre su biografía:


He dicho varias veces que muy pocas son las poesías que me han llegado al corazón, soy más de leer prosa compleja y escuchar música en inglés. Pero, este tema de Violeta Parra -entre otros de su autoría-, lo he escuchado cantado por Mercedes Sosa y Milton Nascimento tantas veces, con absoluto placer, y desconociendo yo la técnica de la poesía, comparto Volver a los 17 como si lo fuera, una de las más bellas canciones de Violeta Parra, en recuerdo a su deceso hace 45 años.
Violeta Parra - 1964/65


Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay si si si

Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta las duras cadenas
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el mas claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par en la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Friday, February 3, 2012

Crueldad en los métodos de matanza de animales destinados a alimentos. Del libro Apicius

Esclavos moliendo a mano.

Este artículo es la continuación de mi post Un sitio de libros medievales de cocina on line. Bonus: cómo cocinar un gato ¨como Ud desea comerlo¨, donde reproduzco la receta referente al gato, del Libre del Coch de R. Carroll-Mann. Este post ha causado el disgusto de un lector, y desconozco si de alguien más, no hay mayores comentarios pero sí el post ha ganado muchas visitas desde Europa.
Desde mi punto de vista, no debiera discutirse qué animal comer sin relacionar al animal en cuestión al contexto histórico, geográfico, cultural-religioso. Un ejemplo muy claro, serían las ratas; lo que hoy se ve como aberrante -al menos en la cultura occidental- no lo ha sido así durante las guerras mundiales, y yo he conocido un combatiente de Italia que me ha contado personalmente, cómo se guisaban las ratas para saciar la hambruna. Y no por ello hemos de considerar bárbaros a los italianos!.
Lo importante es cómo se mata al animal para comerlo (y a veces ni se come, para peor) y si el acto implica tortura o crueldad.
Estaba leyendo la primera parte histórica del libro Apicius (Apicius de re Coquinaria), que contiene una recopilación de recetas supuestamente de los siglos IV y V de nuestra era, donde el profesor Frederick Starr (Chicago University) arroja luz sobre esta cuestión y explica porqué se abandonaron los métodos medievales de matanza animal:

Thermospodium. Calentador de comidas labrado.

In perusing Apicius only one or two instances of cruelty to animals have come to our attention (cf. recipes No. 140 and 259). Cruel methods of slaughter were common. Some of the dumb beasts that were to feed man and even had to contribute to his pleasures and enjoyment of life by giving up their own lives often were tortured in cruel, unspeakable ways. The belief existed that such methods might increase the quality, palatability and flavor of the meat. Such beliefs and methods may still be encountered on the highways and byways in Europe and Asia today. Since the topic, strictly speaking does not belong here, we cannot depict it in detail, and in passing make mention of it to refer students interested in the psychology of the ancients to such details as are found in the writings of Plutarch and other ancient writers during the early Christian era. It must be remembered, however, that such writers (including the irreproachable Plutarch) were advocates of vegetarianism. Some passages are inspired by true humane feeling, but much appears to be written in the interest of vegetarianism.

(Leyendo cuidadosamente Apicius, sólo una o dos instancias de crueldad a los animales han llamado nuestra atención -recetas No 140 y 259*-. Los métodos de matanza crueles eran comunes. Algunas de las bestias que debían alimentar al hombre e incluso contribuir a sus placeres y goce de la vida cediendo las propias, a menudo eran torturadas en modos crueles, innombrables. Existía la creencia que estos métodos podrían incrementar la calidad, la palatabilidad y el sabor de la carne. Estas creencias y métodos aún pueden ser encontrados en las carreteras y caminos de Europa y Asia hoy. Como el tópico estrictamente hablando, no pertenece a aquí, no lo detallaremos, pero de paso hago referencia a los estudiantes interesados en la psicología de los antiguos que estos detalles se encuentran en los escritos de Plutarco y otros escritores antiguos durante la era Cristiana. Debe ser recordado, sin embargo, que tales escritores (incluyendo al irreprochable Plutarco) estaban a favor del vegetarianismo. Algunos pasajes están inspirados por verdaderos sentimientos humanos, pero muchos aparecen escritos en interés del vegetarianismo.) Traducción personal.

Como vemos, todo depende del cristal con que se mire, en otras palabras, de los favoritismos de cada autor. Como investigadora que soy, propongo leer con objetividad las costumbres y recetas que son causa de las mismas, tanto en el pasado como en el presente. Sigamos:

Fuente de servicio.

The ancients were not such confirmed meat eaters as the modern Western nations, merely because the meat supply was not so ample. Beef was scarce because of the shortage of large pastures. The cow was sacred, the ox furnished motive power, and, after its usefulness was gone, the muscular old brute had little attraction for the gourmet. Today lives a race of beef eaters. (...)With the increasing shortage of beef, with the increasing facilities for raising chicken and pork, a reversion to Apician methods of cookery and diet is not only probably but actually seems inevitable. The ancient bill of fare and the ancient methods of cookery were entirely guided by the supply of raw materials—precisely like ours. They had no great food stores nor very efficient marketing and transportation systems, food cold storage. They knew, however, to take care of what there was. They were good managers.
Such atrocities as the willful destruction of huge quantities of food of every description on the one side and starving multitudes on the other as seen today never occurred in antiquity.

(Los antiguos no eran carnívoros confirmados como las naciones modernas occidentales, meramente porque la provisión de carne no era tan amplia. El bife escaseaba por la escasez de grandes pasturas. La vaca era sagrada, el buey motivo de fuerza, y, luego que su utilidad desapareció, la musculatura de este viejo bruto tuvo poca atracción para el comensal. Hoy existe toda una raza de carnívoros. (....) Con el acrecentamiento de la escasez de carne, el incremento de los establecimientos de crianza de pollo y cerdo, una reversión de los métodos de Apicius de cocción y dieta, no sólo es probable sino inevitable. El precio de los métodos antiguos de cocina fueron completamente guiados por la provisión de materiales crudos, precisamente como los nuestros. Ellos no tenían grandes supermercados ni muy eficientes sistemas de publicidad y transporte, ni almacenamiento frío de alimentos. Ellos sabían, sin embargo, tener en cuenta lo que había. Eran buenos administradores.
Esas atrocidades de destrucción voluntaria de grandes cantidades de comida por un lado, y multitudes hambrientas por otro como se ven hoy, jamás ocurrieron en la antigüedad.) Traducción personal.

Para reflexionar!

Prensa de vino

Lea Los X libros de Apicius en inglés:
Las ilustraciones del post pertenecen al libro de la referencia.

*According to the invention of Marcus Apicius, pigs were starved, and the hungry pigs were crammed with dry figs and then suddenly given all the mead they wanted to drink. The violent expansion of the figs in the stomachs, or the fermentation caused acute indigestion which killed the pigs. The livers were very much enlarged, similar to the cramming of geese for the sake of obtaining abnormally large livers. This latter method prevailed in the Strassburg District until recently when it was prohibited by law.
(De acuerdo al invento de Marcus Apicius, los cerdos se dejaban hambrientos, y luego se los hacía engullir higos secos. Repentinamente les daban todo el licor de agua y miel (mead) que quisieran beber. La violenta expansión de los higos en sus estómagos, o la fermentación causada por indigestión aguda mataba a los cerdos. Los hígados eran mucho más agrandados, similar a la saturación de los gansos para obtener hígados agrandados anormalmente. Este último método subsistió en el distrito de Strassburgo hasta recientemente que fue prohibido por ley). Traducción personal.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...